Friday 5 June 2009

Sexo para el mal humor ·

A veces me pongo de mal humor por cosas insignificantes sin darme cuenta. (Pero me doy cuenta.)
Por ejemplo: Me pone de mal humor que la remera esté del revés cuando quiero ponérmela.
Me pone de mal humor ponerme de mal humor. Y se va sumando.
Entonces, ante el más leve indicio de un principio de mal humor, respiro profundo y me digo a mí misma que no tiene sentido; nadie me apura, y no hay responsable más que yo...
Y al día siguiente me saco la remera correctamente para no impacientarme después.

Pero a veces no.
Hoy di vuelta la remera que me había sacado esta mañana y no me impacienté; sonreí recordando la situación en la que me la había sacado: Muy acalorada, cuando él se acomodaba detrás mío, terminé de desnudarme para mostrarle la piel de mi espalda mientras me tomaba.

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